sábado, 22 de septiembre de 2012

Mi ovejita lucera (La Mandrágora: Sabina - Krahe - Pérez)

Corría el año 1981. Joaquín Sabina, por aquel entonces, era Joaquín Sabina. Alguien que se buscaba la vida como podía tocando en pubs nocturnos durante la famosa movida madrileña. La fama y las giras por estadios llegarían después. Y he aquí uno de esos recuerdos más cálidos y entrañables de toda una época: la Mandrágora. 

Este disco se grabó en directo en el sitio del mismo nombre, ya cerrado, situado en la mítica Cava Baja, en pleno centro de la Villa y Corte. A pachas, como se suele decir. Un mano a mano entre Joaquín Sabina, Javier Krahe y Alberto Pérez. 

Fue éste, el primer acústico que salió a la venta en nuestro país muchos años antes de que se pusieran de moda y acabáramos todos empachados de tanto desenchufe eléctrico.

He escogido esta canción porque comienza con dos de los cantaautores (Sabina y Pérez) preguntándole al personal por su compañero Krahe, al cual no encuentran. Esa complicidad con el público, esos vasos de cubata chocando entre sí, esos comentarios desenfadados e improvisados... Ningún directo recoge hoy día esas sensaciones. Las que, precisamente, le dan no sólo cuerpo, sino alma frente a un desangelado y frío disco de estudio. Ese calor y ese buen rollo que tantas veces he podido captar en tantos conciertos en garitos pequeños o medianos. Y aquí reposa, en un sitio privilegiado de la estantería. Debido a todos esos momentos. Capturados, ahí, en un cd y que con el transcurrir de las canciones te va atrapando, metiendo dentro de La Mandrágora y disfrutando, frente a frente, con estos tres autores geniales y esas canciones tan cachondas. Estás ahí, en esa grabación. Y no hace falta nada más. Pasándolo bien, que es de lo que se trata. 


Nota final: Apenas un año después de esta grabación, el trío se separa y cada uno comienza su carrera en solitario, de todos conocida. 

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