Este grupo gallego formado por Germán Coppini (ex Siniestro Total) y Teo Cardalda (posterior Cómplices) tuvo una vida efímera pero contundente. Efímera porque duraron apenas 4 añitos juntos. Desde el 82 hasta el 86. Mal rollito. Ya lo contamos en el post dedicado al grupo Alarma!! Cuando un grupo empieza a tener éxito es cuando se inflan los egos. Y, o cada uno asume su papel, o acaba todo como el rosario de la aurora. Al final, los grupos de rock (frente al control de marketing y prefabricado de los grupos de pop) son un hervidero de egos. Como en cualquier otro trabajo. Sólo que en éste, todos quieren ser los jefes.
Contundente por sus letras. Cojonudas. Y tristes. Realistas a fin de cuentas. Optimistas bien informados que se suele decir. Malos tiempos para la lírica y No mires a los ojos de la gente son dos claros ejemplos.
Siempre los recordaré sonando a todas horas en ciertos garitos de rock. Bares de día y pubs de noche. Un servidor, allá por los primeros ochenta, no levantaba dos cuartas del suelo y se metía en esos sitios, temeroso de Dios, buscando la máquina donde jugar al último videojuego de Arcade. Mientras sonaban estos chavales yo iba matando marcianitos y dejándome la paga de los domingos de cinco duros en cinco duros.
En el mundo exterior, la crisis pasaba factura a los más desfavorecidos. Se sucedían las manifestaciones, las protestas. Y esta canción se convertiría en la mejor radiografía de una época dura. Como ahora.
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